miércoles, 25 de febrero de 2009

Del reality tv a la literatura y lo real.

Llevamos años con la matraca. Juicios en vivo. La policía y sus perros. La vida familiar de este cantante famoso o aquellas insufribles mujeres ricas de Nueva York. Competencias de baile, de canto, de habilidades culinarias (me los gano a tos--ejem), gente abandonada en una isla, gente puesta en una vitrina en un shopping center, pa ver cómo envejecen (el público tiene acceso a microscopios para estudiar los fluidos del susodicho, se le hacen radiografías, resonancias, y se exponen los resultados). No hay que dar premio. Algún convicto de crímenes fatales podría sufrir su cadena perpetua allí. Regalo esta idea a algún productor. Ponemos hombre y mujer y los miramos follar, pelearse, ignorarse, cuando nos cansemos de mirar fluidos aumentados. Se pueden llevar las escuelas para sus clases de ciencia, para las de estudios sociales, para las de español pueden escribir... A eso voy. No se me olvidó que este blog es de tema literario.

Hace tiempo que pienso que los reality shows responden a la crisis de la democracia. La policía sólo funciona en la televisión (es cierto, no es un show: no es lo que el hard boiled y sus secuelas televisadas nos acostumbraron a pensar), igual que los tribunales que, finalmente, pueden hacer justicia ante los ojos de los espectadores que, por fin, se pueden alegrar de la pena que sufre el condenado, de la absolución del inocente. Los otros, los concursos, le devuelven la esperanza a la gente que creía que también era una ficción eso de que en Estados Unidos cualquiera con talento triunfa. El público se mide con las mujeres que saben comprar y vivir y tienen sus maridos ricachones, con los mejores bailarines, cantantes y piensa que ellos no la hicieron, porque no lo sé hacer bien...

Los jóvenes hoy no quieren ser abogados, médicos o ingenieros. Habría que esforzarse y estudiar mucho; es un camino muy largo al éxito. Y, p0r supuesto, no hay vocación de servicio. Nadie haría lo que hace por el bien de una comunidad que ni es común ni está unida... Está claro que los profesionales lo son pa beneficiarse personalmente de su profesión, mientras se divierten argumentando en corte, recortando intestinos, haciendo dibujos con el compás. Allá ellos. Esas profesiones tienen poco glamour y a la larga no son tan lucrativas como ser estrella. De lo que sea, pero serlo.

En estos días pensaba que el campo literario explotó. Creo que es bueno. Mucha gente se esfuerza por poner sus fantasías por escrito. Hay quien tiene un interés social, hay quien quiere que a la memoria colectiva se añada un pixel, su pixel, que vale como cualquier otro. Hay amas de casa que escriben, pilotos que escriben, relacionistas públicos que escriben. Muchos de ellos tienen mucho talento. Lo hacen bien. No todos son lectores voraces. No todos dominan la gramática, pero para ellos ya el Ché Meléndez se peleó con la academia. Para ellos, Mayra Santos ofrece talleres, Terranova ofrece talleres, Licencia Creativa ofrece talleres, los municipios ofrecen talleres y lo hacen cada vez más. Están los micrófonos abiertos. Está el recién creado bachillerato en Escritura Creativa en la UPR (soy culpable y tengo cómplices-- se nos juzgará por los frutos). Está la Maestría en escritura de la Universidad del Sagrado Corazón.

Pero también me pregunto si lo que los mueve es la vocación al superestrellato. Si lo que los inspira secretamente es saltarse directamente del lugar del lector al lugar del escritor. Me pregunto si los seduce la idea de que seremos famosos, ganaremos el concurso del superescritor y un día me harán una entrevista para la televisión de otro país (¿es esa la medida de la fama?).

Me pregunto también (y no necesariamente entiendo los lazos entre preguntas) dónde quedan los experimentos textuales del siglo XX. La idea de que todo es cita. Borges nos enseñó a labrarnos un camino a la internacionalidad mediante la idea del plagio (legalizado como cita). No hay originales, todo es copia. Entonces habría que saber qué y cómo copiar para producir qué con qué espectativas. ¿no?

Creo que los académicos tendremos el trabajo cada vez más difícil. Muchos escriben y tendremos que explicar ese mapa, no desde el nacionalismo ni desde nociones elitistas de arte y cultura. Tendremos que explicar sus procedimientos, sus aciertos y sus fallas de mira, desde criterios que están por establecerse.

¿Cada cuál leerá desde su criterio personal? ¿Entonces se justifican las academias?

¿Qué creen?

domingo, 22 de febrero de 2009

Carta abierta y un soneto

Querido Pedro:

Se me olvidó recomendarte "Invitación al polvo" de Manuel Ramos Otero. El viernes (te ibas a las 5 en punto de la tarde) llamé a la Tertulia de San Juan a ver si lo tenían, para pagátelo por teléfono y luego llamarte para que lo pasaras a recoger, pero no lo tenían... Este autor, muerto de sida, es objeto de culto en la isla. La referencia a la enfermedad es importante, porque la invitación al polvo del título tiene muchos significados. Ese juego con registros encontrados es lo que lo hace un escritor fenomenal. También publicó "Concierto de metal para un recuerdo" "Página en blanco y staccato", "Los cuentos de la mujer del mar", la "Novelabingo", en el que juega con la idea de que un texto es muchos que aparece en "Rayuela", este que te recomiendo, y otros.

Te copio tres sonetos de él y al final una réplica que yo había escrito hace tiempo. Luego del puertorriqueño intensivo de una semana, los entenderás sin diccionario.

20

No digáis que por falta de su bicho
mi verso respandece hasta que arde
el culo es llamarada por la tarde
de noche, como Dios, vuelve a su nicho.

Si el lector me rechaza por cobarde
por miedo a la verdad es que lo ficho
tentación de poeta es lo entredicho
ignorancia juzgar por puro alarde.

Que no compre mi libro por la fama
para ser en la esquina muy discreto
que hasta muerto mi tumba será cama

una orgía de huesos y esqueleto
apasionado mármol del que ama
bajo el sol y la luna sin secreto.


17
No era bugarrón ni fiero macho
el pájaro que fue pinga de un día
en las noches no sólo se venía
y bajo el sol no sólo era borracho.

A veces en el lecho repetía
que quisiera haber nacido gacho
para no escuchar que un mamarracho
ahora era tema de poesía.

¿Por qué temía entonces su fortuna
de haberse enamorado de un poeta
irremediable maricón de cuna?

Porque el azar nos juega jugarretas
y ya no tiene ton ni son alguna
para aquel que siguió mamando teta.

26

Dejé las calles de la patria mía
abrumador templete del relajo
catedral descarada del carajo
burdel del vacilón que a todos fía.

Errante me lancé como un gargajo
cordón umbilical yo cortaría
enferma de fantasmas mi poesía
aislada sucedió como un colgajo.

¿Qué país inventado en la memoria
se vuelve macharrán con su desprecio
hartísimo de tanta vanagloria?

Aquél que te soñó tú llamas necio
lo ignoras en el curso de tu historia:
lo que de ti contó no tiene precio.

Una vez, hace tiempo, le repliqué...

También yo, Manuel

Te gloso aquí, Manuel, mi bien amado
poeta de tus bichos, tus orgías;
resplandecen, no faltan tus poesías
pues al lector el culo has manoseado.

Tus versos son un culto deseado
por quien leerlos saboreó dos días
acariciamos tus palabras, melodías,
acentos de gargajos bien tirados.

Te emulo en esta vida, no en la tumba.
Busco amor y apasiono así el respeto
haciendo de mi cama una gran rumba.

Entonces remeneo este esqueleto
ya sea a plena luz o en la penumbra.
Esta chocha es mi flor, un bien discreto.

Espero que hayas tenido buen viaje de regreso. Chan chán.. (se acabó el tango).

Cariños,

M.

viernes, 20 de febrero de 2009

pornosoneto #2

Inspirado en una película cuyo título no recuerdo; y en Lloréns.
(Es que no tengo tiempo de escribir más largo).

Contra ese árbol se rasca la vaca.
Palo en mano, Rosa, sacude polvo
de la alfombra y una gota le baja
por el cuello, sin mencionar el coño.

La abuela mece en el sillón de paja
el cansancio de su domingo sordo.
Otra gota golpea fuerte la tapa
de una lata a intérvalos redondos.

Lejos, muy lejos, otra gente suda
por el cuello, por el coño, por los pies
las tetillas, las pelotas, el revés

de esas partes, y de otras, sin duda
ni pesares, ni tropiezos, sin saber
que es domingo, o no lo es, o si lo fue.

martes, 17 de febrero de 2009

la música por dentro

Calentando motores pal programa de mañana.
A Mairal a quien ahora conozco.


esas manos apoyan tu quijada
luego saltan a señanar un vuelo
la corrección mantiene en barricada
mas los ojos regalan sin denuedo
ese primer encuentro no regala
que ese tu azul delira y no es de hielo
pues se tiñe de rojo en madrugada
ardiendo de pornógrafo del sexo
hay por ahí un dicho para esa
costumbre del que no muestra la nota
la música por dentro lleva presa
mas tus versos no enfocan lo que frota
dibujan la sandalia que, traviesa,
del presuroso pie es la derrota.

lunes, 16 de febrero de 2009

El llorao (desahogo)

Canto jondo, se llama en España, Fado, en Portugal, Tango, en Argentina, Bolero en Latinoamérica en general (¿o se puede sostener que el bolero es méxico-caribeño?). Los andinos con el llorao de su musiquita, y así nos viene el lagrimeo por distintas raíces.

Tenemos la costumbre de la lloraera tan arraigada que nos la pasamos chillando casi hasta sin darnos cuenta. ¿Por qué él o ella si y yo no? Mi hijo tiene 7 años. Es hijo único y cuando le hago el favor de invitarle un primito o un amigo a jugar, se queja. Mami me toca mis juguetes. Mami, dile a ese nene que no me riegue el cuarto... Mami, ¿por qué a él lo dejas hacer eso y a mí no? Porque tiene 4 años, y tú 7. Palo si boga y palo si no boga.

Estoy por pensar que el paternalismo literario es más que literario y que nos aniñan porque nos portamos como niños. Basta que alguien proponga algo para que le caiga encima una masa informe de chinches a dar quejas. Si la cantidad infinita de genios que hay en este país hiciera en la medida en que proponen a otros que hagan, sería una utopía, no habría ya más problemas que resolver. Sospecho que el problema está en que quien más habla es quien menos hace.

He dicho.

domingo, 15 de febrero de 2009

Domingo

A Mairal a quien no conozco todavía, a Volpi, Thais, Paz Soldán, Ricardo Chávez, Gamboa, y los de aquí. A Mayra, por joder tanto.


Ya los domingos carecen de musarañas. Me debato entre tareas divinas y profanas. Por un lado, tendría que limpiar el patio y pagar las cuentas porque estamos a 15. Por el otro, tenemos que conocer otro escritor que llega.

Los escritores

De niña pensaba que para ser un escritor que se leyera había que estar muerto. No sé por qué, pero los escritores eran como los próceres y estaban muertos. Me asusté en el undécimo grado cuando me dieron a leer un escritor vivo. El pecho me palpitaba y protesté... "Si está vivo, cómo sabemos si su obra perdurará". Pensaba que había que dejarlo para más tarde, para cuando se hubiera constatado con su supervivencia al polvo que valía la pena.

Es una idea romántica que inmediatamente después rechacé con la fuerza de mi corazoncito palpitante. Todavía en los primeros años de Universidad me preguntaban si quería ser escritora y contestaba que no. Me ponía nerviosa el asunto. No quería ser oráculo. Más bien, no quería andar por ahí diciendo ser oráculo cuando en realidad no lo podía ser porque estaba hecha de huesos y materia corruptible. Andar por ahí diciéndole a la gente que caminarán en cuatro patas, luego dos, luego tres me parecía una falta de respeto. ¿Quién soy yo para decirle a nadie que se tiene que inventar un nuevo modo de caminar para hacerme quedar mal?

Si lo hubiera visto como un trabajo como cualquier otro, en lugar de como la inspiración de un genio o un ángel caído, me habría reconciliado con la idea. Tengo amigos escritores y no son una especie distinta a los demás; no sangran como los príncipes ni como los unicornios y se equivocan como todos los demás. Pero tienen algo que no tiene la otra gente. Creo que es una vocación de eternidad; de mirar los dioses cara a cara. Son los hijos rebeldes que nunca se callaron ante el padre a la hora de decir que no. Ese algo hay que saber llevarlo porque puede ser insufrible arrogancia como puede ser la sustancia del deseo. Y a los escritores se los desea porque tocarlos es como tocar la inmortalidad de quien se ha debatido con el divino y ha salido ileso (al menos en apariencia, al menos por ahora, ¿cuántos no se han suicidado?).

Todavía no quiero ser escritora. Soy escritora de crítica literaria; esa metaliteratura que no es ficción pura pero que es ficción. Eso escogí. Me gusta así. Flirtear en público con semidioses es mejor que querer ser uno y flirtear con dios, cuya lejanía no me calienta. Total, no hay modo de ganar. Seremos polvo.

Patio

Y hablando de polvo, me pregunto. ¿Cómo se puede debatir con dioses y limpiar patios? A lo mejor se debate con dioses mientras se limpia el patio. Sor Juana decía que es el mejor modo de entenderlos porque están en todo y al menos las etapas de putrefacción del mangó son evidencia empírica de la fugacidad de la vida. Pero en mi to-do-list, se me posterga la conversación escrita. Transcribir lo debatido. Es que los semi-dioses, por lo menos, a veces, devuelven la llamada y te dicen. "Mira, y el artículo que ibas a escribir."

jueves, 12 de febrero de 2009

Sobre lenguas y gases tóxicos

A mis amigos maleducados que se la pasan diciendo fo por ahí.

Estaba en una tienda por departamentos. Tenía 3 ó 4 años. Escuché a una madre con su hijo, hablando, y le pregunté a la mia qué idioma era el que esa gente extraña hablaba. Ella no entiendía la pregunta. "Español", respondió. Yo insistía: "No; es diferente". Usaban todas esas essesss, y "para" en lugar de "pa" y erres que se prrronuncian en la punta de la lengua y no en el velo del paladarrrr. Mi madre insistió. "Es español." Desde entonces sé que en el país se hablan distintas lenguas, a pesar de que los lingüistas estén de acuerdo con mi madre.

No sólo es un asunto de pronunciación de una consonante más, una menos. Tiene que ver también con lengüajes que no pasan por lo verbal. Hay un lenguaje de silencios que algunos saben decodificar muy bien y otros no entendemos para nada.

Por ejemplo, sólo estando en la universidad, por las nuevas juntillas, aprendí que cierto grupo social ignorará el hedor de un pedo, hasta desmayarse, porque es mala educación decir fo. La mala educación prohíbe descargar gases en público. Pero si hay un irrespetuoso o a alguien se le escapa, entonces es mala educación decirlo.

Más recientemente he llegado a entender que ese código de silencio es muy distinto al código de silencio popular, que en la literatura aparece como un impedimento para el acceso a la modernidad, porque es el silencio cómplice o sin complicidad de quien sabe que la ley no lo protege (La charca, de Zeno, el Gíbaro, de Alonso). Me explico: si ves que linchan a alguien por los malditos lugar y hora equivocados, te conviene callarte porque no habrá witness protection program que te salve de un tiro en la nuca si se te suleta un silvido al respecto. Para ser modernos teníamos que tener un estado de ley, según los letrados, mientras que según la gente sin letras la ley nunca ha tenido nada que ver con ellos.

Pero el código de silencio al que me refiero es entendido como buena educación, el buen gusto de no incomodar al otro (de la misma clase social) que, aunque se esté trompeteando por ahí, a propósito o sin querer, se ofendería si es que se nos ocurre decir fo. Así se incubre la corrupción en el país. No se siguen procedimientos, ni las subastas, se otorgan contratos con el ton y el son de quien sabe que se beneficia, sino directa, indirectamete porque así funciona este capital. El capital social pesa más que la libre competencia (Bourdieu estudió este fenómeno en Francia) y la imagen de la justicia puede tener un paño en los ojos y una balanza en la mano, pero el acento y el timbre de quien es de mi clan los puedo reconocer sin necesidad de mirar. La nariz me guía. Y aunque vivamos rodeados de miasmas no diremos fo, porque el olor del papel verde y la certeza del hoy por ti y mañana por mi son lealtades inquebrantables que a fin de cuentas, son lo que mueve la balanza.

martes, 10 de febrero de 2009

Receta para leer a Lezama

Soy humilde sobre todo, menos sobre mis capacidades culinarias y el hecho de ser humilde. Esto llevaba unos añitos por aquí escondido y el blog valió la pena, aunque sea sólo por haber publicado esta receta. Buen provecho.

Se agarra el libro y se le entra, pero pronto llegarán las 11:00 y se
empieza a pensar en el hambre, la de ahora y la de mañana a la misma
hora. Lezama comerí­a, te dices y dejas el libro a un lado. Agarras
tres churrascos, los cortas en pedacitos para comer sin cuchillo, como
los orientales. Salas con sal gruesa, poco. Pones limón, miel, aceite
de oliva extra virgen y lo dejas descansar en lo que está el arroz
integral que lleva su tiempo. Lees otro poquito de Lezama y cuando el
arroz casi está en su punto, vuelves a postergar el inmenso poeta que
comería si fuera él y tuviera hambre como tú. Pones un wok de fondo
plano en la estufa y calientas aceite de oliva hasta que humee (en los wok se cocina bien caliente y se juega con la distancia del fondo para
cocinar los distintos ingredintes según su capacidad de resistencia al
calor). Acá viene lo bueno. Recuerdas que en Bhután cocinan una salsa
para la carne que lleva ají­es picantes y queso. Como tienes la nevera
llena de ají­es dulces, piensas que el gusto combinará bien con el queso
y lavas y picas varios en trocitos pequeños, casi como un sofrito.
Picas media cebolla y un tomate peroso en cuadros medianos y quesito, de
sabor recio y que derrita bien (yo usé asiago y la pegué), en trozos pequeños.
Tiras la carne al wok, la cueces unos minutos (a mí­ me gusta en sangre), añades los ají­es dulces, la cebolla, el tomate, y dejas que se haga una salsa con los
l­íquidos que se van soltando de la carne y lo demás. Al final añades el
queso. Lo dejas derretir y mezclas bien con todo (no se verá, quedará
sólo su gusto en la salsa) y apagas. Sirves con el arroz integral.
Comes y repites, comes y repites. Ha quedado tan bien, que no puedes
parar de comer y está por joderse el mañana. Tiene el dulce de la miel,
el agrio del limón, el gusto a ají­ y el queso, todo junto. Es un poema,
es arte. Te da un sueño de oso en invierno. Te olvidas de Lezama y
tomas una siesta en su nombre.

La mejor receta que me he inventado en mi vida. Se llama Churrasco Lezama.

lunes, 9 de febrero de 2009

El fantasma y el mito

Como primera cosa, puse notas muy áridas. Publicidad... Iniciativas... Me gustaría que esta herramienta dividiera por categorías... Anuncios permanentes, y luego a lo que venimos que es a pensar en voz alta. Supongo que lo que escriba en adelante tendrá la tesitura de lo que sigue.


¿Será que los mitos vuelven como fantasmas? ¿Es un mito muy distinto a una utopia? Debíamos haberlos superado. Pero no podemos vivir sin mitos, como no podemos vivir sin cultura (Y me viene a la mente la euforia en torno a Obama Hussein). Somos, luego, producimos algo, excrementos, deshechos, exhalaciones, suspiros, huellas. A pesar de nosotros eso es cultura. Seguiremos excretando y le daremos un sentido transcendental a las escamas que se nos vayan cayendo.

Derridá se acordó de Marx y dijo que no lo habíamos agotado. Le dió permiso para que vuelva, al menos como fantasma (Espectros de Marx). Derridá reflexiona sobre la muerte y dice que el cristianismo y el platonismo confligen en la cultura occidental. Busca el sentido de la muerte y llega a ella desde la responsabilidad. Hacerse cargo del sentido de la propia muerte nos hace responsables de nuestras vidas. Pero:
¿En qué condiciones puede haber responsabilidad? Siempre y cuando el bien no sea una trascendencia objetiva, una relación entre cosas objetivas, sino la relación con el otro, una respuesta al otro: experiencia de la bondad personal y movimiento intencional. Ello supone, ya lo hemos visto, una doble ruptura: no sólo con el misterio orgiástico sino también con el platonismo. (dar la muerte, 55).

El filósofo francés quiere reflexionar la posibilidad de un colectivo, secular, desde la filosofía, con Marx pero más allá de Marx, como con el cristianismo y más allá de él. Y es que los mitos no pueden ser individuales y sin mitos no secretamos. Estaríamos muertos.

Publicaremos una antología de lecturas críticas

Sugiéranme títulos... Más allá del canon... Sin canon... Nuevas aproximaciones... La otra literatura puertorriqueña... No me viene en mente nada poético.

Abajo la convocatoria. Corran la voz. Participen.


CONVOCATORIA

Se publicará una antología de lecturas para el estudio de la literatura puertorriqueña que recogerá ensayos ya publicados y ensayos expresamente escritos para este proyecto. La antología tendrá dos partes: Parte 1: S. XIX y S. XX, Parte 2: La literatura actual. La intención es poner a la disposición de quienes se ocupan del estudio y la enseñanza de la literatura y las culturas puertorriqueñas una herramienta que reúna ensayos que resuman los nuevos modos en que la crítica se ha acercado a este tema en años recientes, a la luz de nuevas posturas críticas y teóricas, además de traer la reflexión sobre la escritura en Puerto Rico hasta la actualidad.

Para la parte 1:
Nos interesan miradas que estudien la construcción del sujeto moderno, las implicaciones de la raza en la escritura, perspectivas de género e identidad sexual, el estudio de la literatura de la diáspora como parte del corpus de literatura puertorriqueña, la atención a nuevos autores y temas que no habían sido objeto de atención anteriormente y nuevos enfoques en general. Para ello interesan artículos que examinen nuevamente los clásicos, como Manuel Alonso, Zeno Gandía, Tapia, Hostos, Lloréns, Palés, Pedreira, José Luis González, René Marqués, pero también que se vuelva la mirada sobre Ana Roqué de Duprey, Carmen Eulate Sanjurjo, Ramón Caballero, Eleuterio Derkes, Lola Rodríguez de Tió, Emilio S. Belaval, Nemesio Canales, Julia de Burgos, Enrique Laguerre, Pedro Pietri, Tato Laviera, Manuel Ramos Otero, Joserramón Meléndez, José María Lima y Ángela María Dávila, entre otros.

Para la parte 2:
¿Cómo se puede organizar críticamente la escritura que se ha producido a partir de 1980? Han sido pocos los ensayos que han analizado con profundidad los textos de quienes llamé en mi libro, titulado Palabras encontradas, la generación inquieta. ¿Es una generación, son varias, el término no sirve? ¿Abandonan la política o la tratan de otro modo? ¿De qué modo? ¿Cómo se relacionan con los medios? ¿Con la cultura popular? ¿Qué nueva relación se establece entre el yo y el otro, si alguna? ¿Hay un mayor interés por el género menor, como el policial y la ciencia ficción? ¿Por qué? ¿Cómo se relacionan con la tradición? ¿Se puede analizar como literatura post-moderna? Esperamos recibir ensayos que analicen éstas y otras preguntas en torno a los siguientes escritores:

Mayra Santos Febres, Rafael Acevedo, Pepe Liboy, Zoé Jiménez Corretjer, José Santos, Jan Martínez, Juan Carlos Quintero, Eduardo Lalo, Noel Luna, Urayoán Noel, Pedro Cabiya, Ángel Lozada, Guillermo Rebollo Gil, Irizelma Robles, Kathia Chico, Sofía Cardona, José Montijo, Alberto Martínez Márquez, Mario Cancel, Rafa Franco Steeves, Francisco Font Acevedo, Ana María Fuster Levín, Yolanda Arroyo Pizarro, Juan López Bauzá, Marta Aponte Alsina, Juan Carlos Quiñones, Jeannette Becerra, Mara Negrón, Jorge Valentine, Daniel Torres, Moisés Agosto Rosario, Jorge David Capiello, Alberto Martínez Márquez, Elidio Latorre Lagares, Carlos Roberto Gómez, Gallego y otros.

Se recibirán ensayos que analicen la producción literaria de los siguientes autores, en o antes del 15 de mayo de 2009. Favor de enviar artículos que no excedan de 30 pp con la bibliografía (formato MLA) a:
Melanie Pérez Ortiz
Catedrática Asociada
Universidad de Puerto Rico
Recinto de Río Piedras
Facultad de Humanidades
Departamento de Estudios Hispánicos
PO Box 23351
San Juan, PR 00931-3351

Para preguntas, favor de escribir a melanie@caribe.net y rebecca.arana@gmail.com

En su tinta

Ha sido un año de mucho trabajo (y estamos en febrero). Entre otras cosas, comenzamos a grabar un programa de radio. Si están en el tapón, en vez de escuchar hablar de política (otra vez) escúchennos.

PROGRAMA RADIAL TITULADO EN SU TINTA
Con Mayra Santos Febres y Melanie Pérez Ortiz

La reconocida escritora puertorriqueña Mayra Santos Febres y Melanie Pérez Ortiz, crítica cultural especializada en Literaturas Puertorriqueña y Latinoamericana actuales, conducirán, a partir del próximo miércoles 21 de enero, a las 4:00 pm por Radio Universidad de Puerto Rico (89.7 fm), el programa radial de actualidad titulado En su tinta. Se tratarán los temas que nos atañen a todas y a todos: la crisis fiscal, la violencia y la guerra, las migraciones, la sexualidad humana, la crisis del SIDA, entre otros, desde la óptica de la Literatura. ¿Qué han dicho autores consagrados y emergentes sobre el tema? ¿Cómo el prisma literario nos ayuda a ver e imaginar la realidad cotidiana actual? Las conductoras propondrán, desde conversaciones de altura pero sin el aire enrarecido que la altura física provoca, el análisis de los usos y desusos de la tinta derramada.

Así, se recordarán momentos de tinta, y se discutirá, nadando al revés con escritores y no escritores invitados, con quienes se degustará, desde el recuerdo de Emile Zola, quien propuso que el intelectual debe tener una función pública, a Honorato Balzac, quien sugirió que el adulterio y la muerte son preferibles a una vida burguesa de provincia, pasando por los modos en que se muestran la escena del crimen y la droga en la literatura actual del país. Por medio de estas conversaciones se estrenará literatura, y se recordará para el público la tinta que nos nutre, mediante una breve sección de libros recomendados.

Bienvenidos

Mi trabajo es escribir, pero como los personajes de Pepe Liboy, escribo en mi mente, mil cosas, para luego retomarlas, corregirlas, siempre en mi mente (no tú, los textos, Juan Gabriel). Decidí que ya están pulidos. Pueden salir a la blogósfera esos textos. Conversemos en público, pues, siempre sobre libros o sobre cultura en general. Prometo disciplina. Al menos un posteo semanal. Será mi periodiquito. Lo de las fotos por ahora no me sale. Mi compu está algo lenta. Ojalá no se me pegue su fiaca. La fiaca es lo que me sacudo. Escribiré en voz alta, como las locas. Sí. Como una loca letrada. Bueno; como una loca algo letrada. Escribir, leer en público, compartir pensamientos. Eso haré. Acompáñenme.