lunes, 6 de julio de 2009

¿la mordaza amordazada?

Me entero de que El nuevo día tiene corresponsales en Honduras. Me pregunto si se decidieron a ser, finalmente, un periódico. La radio dice que Micheletti está en el poder porque una multinacional estaba molesta con la política del presidente saliente... ¿Desde cuándo la radio se interesa por cualquier cosa que no sea preguntarse por las obvias razones detrás de los movimientos forzados del gobierno de fuerza bruta que tenemos para mantener sin mayor hipocresía la leve apariencia de democracia? Dije apariencia leve.

Antes, tan antes como hace unos días, el golpe de estado era un chiste que vertía su humor sobre nuestra miseria. Se preguntaban por ahí si había un modo de importar esta prácticas tan comunes de nuestros países hermanos. Parece que cuando más nos quieren forzar a ser estadounidenses, más latinoamericanos nos sentimos. Dije parece que... El problemas está en la fuerza bruta, parece. Menos mal. Ya estaba perdiendo la esperanza en nuestra capacidad de abrir la boca. Parecía que nos la habían cocido con la beatitud que produce ser el feliz propietario de productos electrónicos que nos mantienen en contacto 24 horas con los chistes que nos quieran mandar nuestros amigos y la publicidad que nos quieran enviar nuestros enemigos. (Aunque los amigos que nos envían chistes y cadenas se arriesgan a pasarse al bando de los enemigos de forma fulminante).

Pero parece que los términos de nuestro debate han cambiado al punto que, tal vez, finalmente, podamos hablar de nuevo. Hablar; es decir, debatir ideas de viejo y nuevo cuño. Mi abuela me preguntaba (hace dos días) si lo que yo quería era que nuestro democrático país se pareciera a Cuba (porque comparé a nuestro gobierno con los nazis; conste que ella es popular). Me sorprendí musitando "abuela, ya ni Cuba se parece a Cuba; estamos en otros tiempos." De eso se sigue que tenemos que inventar nuevos argumentos y rescatar de los viejos olvidados lo que sirviera.

Hoy Obama es presidente de Estados Unidos, lo que hace que me pregunte si eso es lo que hace que la OEA no reconozca al golpista que parece que se las ha tenido que bandear sólo (bueno, con los milicos, que no es poco). Se rumora que habrá huelga en un periódico local. Estos hechos que voy anotando: un artículo en el shopper sobre un golpe de estado, un chiste sobre un deseo solapado de tener militares que saquen a nuestros políticos del país y los hagan saltar de un trampolín en una esquina alta de la isla (como si fuera un barco pirata) hacia el mar (¿se desea fuerza contra la fuerza?); la negación de organismos internacionales a reconocer un golpista, una posible huelga; y otros que no he anotado pero sé que ustedes sí van anotando en la mente, me hacen tener esperanza. De esa cautiva, cuidadosa, que no se atreve a asomarse porque piensa que todo es mentira y que despertaremos mañana en la misma pocilga de siempre.

Es posible, pero hoy, respiro hondo tres veces y dejo que se me escape media sonrisa. Media.

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