miércoles, 22 de julio de 2009

Benjamin tecato

Walter Benjamin. On Hashish. Mass: Harvard University Press, 2006.

A los usuarios de mi corazón.
Disclaimer: Todo lo que sé del tema, lo sé porque leo mucho.

A phrase wich Baudelaire coins for the consciousness of time peculiar to someone intoxicated by hashish can be applied in the definition of a revolutionary historical consciousness. He speaks of a night in which he was absorbed by the effects of hashish: "Long though it seemed to have been..., yet it also seemed to have lasted only a few seconds, or even to have had no place in all eternity." Walter Benjamin

La idea le surge en 1919. Ha leído los paraísos artificiales de Baudelaire y entiende que lo que el poeta francés intenta es ver qué le puede enseñar la intoxicación con opio o hashish a la filosofía. Califica el intento de Baudelaire de reticente y desorientado y se propone volver a conducir los experimentos. Viejos antagonistas de sus años de estudios, Ernst Bloch y Ernst Joel, en el tiempo médicos, lo acompañarán en una investigación científico-filosófica.

Tan pronto como el libro estuvo en mis manos aluciné. Las lecturas racionales que hacemos de los ensayos de este autor ignoran el hecho de que éstos son en verdad el desarrollo de ideas que se le ocurrieron bajo alguna intoxicación (hash, opio, mezcalina). En los protocolos de estos experimentos, en sus diarios, en su proyecto de las Arcadas, aparecen varias de las ideas de Benjamin que venimos manejando en la academia hace tiempo: su concepto de aura, su interés por las iluminaciones y las correspondencias o identificaciones. Parece que su trabajo sobre Baudelaire, el flaneur (paseante), es producto de este proceso. Concluye Benjamin que Baudelaire rechaza la intoxicación, porque a fin de cuentas su flaneur es un intoxicado, en la medida en que hace conexiones, se identifica, "vacía su ser en el ejercicio de caminar la ciudad al punto que puede entonces llenarse de las personas y los objetos que encuentra". Esta actitud, entiende él, es revolucionaria tanto para en paseante como para el intoxicado: The figure of the flaneur. He resembles the hashish eater, takes space into hismself like the latter.

Lo más sorprendente del libro se desprende casi hacia el final (por lo que corroboro que no es bueno soltar un libro a medias, aunque aburra). De hecho, las primeras partes de este libro, los protocolos en sí, parecen las divagaciones normales de cualquier usuario. Cuenta que se ríe, que le da sueño y se duerme, que le da hambre y tiene que cenar dos veces, que alucina (dos señores que deambulan por las calles de Marsellas le parecen Dante y Petrarca). En fin, voy corroborando que lo que se le ocurre a un ennotao, sólo tiene sentido en la nota (¿Porque es un disparate o porque sin ayudas artificiales no se puede entender y punto?). Luego aparecen dos ensayos que hacen que en retrospectiva se entienda el libro, a Benjamin, su trabajo en general.

To the planetarium

Comienza diciendo que si se tuviera que explicar los aprendido de la antiguedad con la mayor brevedad, parado en una pierna (así dice) habría que citar a Hillel: "They alone shall possess the earth who live from the powers of the cosmos." Sólo los que vivan de las fuerzas del cosmos poseerán la tierra.

La propuesta es entender el cosmos como un todo en armonía, inmenso, infinito (en expansión si quieren). Vivir de esa fuerza (que es la armonía) es alimentarse de ella sabiendo que no somos nada a la vez que somos parte del infinito, aunque fuera una parte ínfima. Los antiguaos se relacionaron con el cosmos en un trance estático. Cito: This means, however, that man can be in ecstatic contact with the cosmos only communally. Por que todos somos parte de ese cosmos, por lo que una experiencia cósmica (llamémosla así) no se puede dar prescindiendo de los otros. Propone que el hombre moderno erra cuando piensa en prescindir de lo común (que es el todo y todas sus partes) y pretende consignar esa experiencia a la observación poética de una noche estrellada.

Propone que la Segunda Guerra Mundial es un buen ejemplo de este error. Se quiso manipular a escala planetaria (enact) lo inefable, la magnificiencia del cosmos mediante la tecnología, ya que para la mente capitalista la tecnología se inventa para controlar la naturaleza (to master it). La tecnología tiene que ser dominio, no de la naturaleza sino la relación del ser humano con la naturaleza (la tecnología como mediadora, sin que la relación de lo humano con la naturaleza, una de correspondencias, se afecte).

Termina con una oración extraña: Living substance conquers the frenzy of destruction only in the exstasy of procreation. Es una tradución del alemán. Me pregunto, ¿de verdad propone que la procreación es el remedio contra la destrucción o se refiere a la creación, en todos sus sentidos posibles? Me inclino por lo segundo.

"Surrealismo". Propone Benjamin que la propuesta del surrealismo es ganar las energías de la intoxicación para la revolución. No añado nada. En mi nota (intelectual, conste) yo lo entiendo.

Última iluminación que anoto: La genialidad de lo entendido bajo alguna intoxicación, que parece un disparate fuera de ella, tal vez se deba a que en ese estado se piensa desde los sentidos y en comunicación, desde ellos, con el subconsciente y con el exterior (¿cosmos o sólo la sala o la playa, los panas?). Cerradas las vías de comunicación, no se sigue la lógica de los pensamientos. Aunque Benjamin sugiere tomar notas al día siguiente. Dice que se puede; que la memoria conserva las ocurrencias del día anterior.

Pensaba que las drogas eran la antítesis del capitalismo, porque, como el sexo, nos inhabilitan para el trabajo; nos vuelve improductivos. Parece que además de razones exteriores de economía política, Benjamin descubrió otras. Parece que se suicidó en una nota de esas. No habría valido la pena para el colectivo, si no hubiera escrito.

Tecatos del mundo, escriban (pero editense después).





1 comentario:

Mara Pastor dijo...

jaja, qué buena esta reflexión, melanie, gracias.