sábado, 16 de febrero de 2013

Sobre "El Proceso traductor" de Alejandro Álvarez Nieves


¿Cómo se puede pronunciar una palabra definitiva, gramaticalmente “perfecta” , sin que el proceso haya concluido?  Doris Sommer.  Abrazos y rechazos.

La verga es proporcionada a la lengua en la manera de la postura, y en la figura, y en el estenderse y recogerse, y en estar puesta en medio de todos, y en la obra; que assi como mouiendose la verga engendra generación corporal, la lengua la engendra espiritual; y el beso es comun a entrambos, incitaiuo del uno al otro.  León Hebreo, Diálogos de amor[1]

 El beso incitativo de la lengua

Por:  Melanie Pérez Ortiz
Presentación de El proceso traductor de Alejandro Álvarez Nieves
San Juan:  Libros AC
13 de febrero de 2013

Traductor;  no hay persona más conciente del idioma, de la lengua y sus contextos, estructuras, procedimientos, su semántica, sus géneros literarios, su gramática, las convenciones estilísticas, las alusiones del subconsciente y las literales y las que se han perdido con el tiempo y las nuevas que estan emergiendo ahora y de los modos formales y los informales de decir algo y los argots y la carga emotiva, y la musicalidad y los acentos y las imágenes que evoca cierta frase y mil etcéras que paro de enumerar por no pecar de puntillosa, excesiva o exagerada, como pecan la mayoría de los traductores que conozco.  El traductor es incluso más consciente del idioma que un poeta, que puede que se sirva de su genio y, si tiene suerte, con cierta formación parte del instinto o su particular forma de mirar para descubrirse, descubrirnos cosas.  Pero el proceso traductor implica detenerse.  Implica tomar consciencia del tipo de objeto que sirve de antagonista.  Digo antagonista puesto que el lenguaje se resistirá a la domesticación en otro idioma, que es otro código, otra forma de vida, otro clima, otra historia de alusiones y denotaciones, de guerras y caricias.  Algunos ejemplos de la dificultad de traducción incluso en la misma lengua bastan.  Sabemos que en Colombia, como en Brasil, el tú está casi perdido.  La generalidad de las personas se trata de usted o vocé, mientras que el tú se reserva sólo para situaciones de la intimidad más cercana; intimidad amorosa; a la vez que el usted está en vías de extinción en la lengua coloquial del resto de los países hispanoamericanos y los españoles nos reclaman a los puertorriqueños el uso del vosotros que no tenemos: nos acusan de demasiado formales al conservar en el uso del pronombre personal de segunda persona plural solamente la voz formal: ustedes.  Entonces el buen traductor tiene la tarea de agarrar una lengua que es un animal vivo y mutante y fijarlo en otro idioma también vivo y mutante en una aproximación justificada desde la investigación.  Pero, ¿no es esa la historia de todo acto de habla?  Me refiero al hecho de que hablar implica siempre traducirse.  Esto es:  hacer inteligible una verdad, un conocimiento, un hecho, una perspectiva emotiva, una intuición, una inferencia o una deducción, a partir del uso del instrumento limitado que es la palabra hablada o escrita.
El libro titulado El proceso traductor, escrito por el traductor y poeta Alejandro Álvarez Nieves es un trabajo doblemente notable puesto que parte de esa conciencia que tienen del lenguaje tanto el poeta como el traductor.  Son versos de amor dedicados a la lengua y también versos de lengua dedicados al amor, producidos justo en el momento en que el artesano que traduce se libera, cual camaleón, de todas las pieles con las que debe vestirse para llevar a cabo su tarea:

COVER  [que en español es la portada del libro--los títulos están en inglés y los versos en español, el poeta- traductor obliga al lector a traducir, además de interpretar]

sólo durante los segundos
en que se desprende del pellejo,
el camaleón es libre.

el resto del tiempo,
se ve forzado a emular
la gama de voces que lo reclaman.

apenas le queda
completa soltura en los ojos:
así podrá ver
la traición de la piel
arropándolo siempre.
porque no es suyo el color,
pertenece a un sombrío argot
asignado
a los leones de la tierra.  (27)

Que el camaleón es el traductor queda claro cuando habla de que las pieles del camaleón lo que emulan son voces.  Surge el tópico de que el traductor es un traidor.  La piel es el lengueje siempre al servicio del texto en lengua de partida en vias a llegar en su aproximación más exacta a la lengua meta.  Ambas leguas son los rugidos de las bestias que somos los humanos sobre la tierra, condenados hace tiempo—añado—a no entendernos cuando la soberbia causó la caída de Babel.  Por la necesidad de liberarse del peso de esa tarea el traductor se ha convertido en poeta.  Este libro es una ceremonia en torno a los segundos de libertad del prisionero perpetuo--aunque se trate siempre de una libertad condicionada—que no halla modo de acceder a la cosa fuera de su representación.  Es un libro erótico que desmenuza el amor a ella; la lengua.  Como en los Diálogos de amor de León Hebreo, están Filón y Sofía conversando; esto es, amor y sabiduría, de lo que nace la filosofía que es amor a la sabiduría.  El libro se puede leer como un viaje por ciertos tropos de la escritura para representarla a ella, que es lengua--idioma y es la mujer-mito-- como Marina, la Maliche que tradujo al conquistador de México Hernán Cortés, en la que se funda un relato de país que es a su vez el mito de un continente, una tierra nueva para unos ojos viejos que la visten de sus frustraciones y sus sueños; sus prejuicios o su utopía.  

     Se repasan ciertos tropos, dije, a partir de continuidades y rupturas.   Mientras que la escritura se cifra en torno a ella, la voz poética es un hombre sentado sobre una frágil barcarola, zarandeado por ella, totalmente distinto al “hombre del mar” de Ernest Hemingway que representa la masculinidad que domina las aguas y sus bestias.  No es la voluntad de dominio de Occidente moderno, lo que el filósofo francés Michel Foucault llama will to power lo que organiza estos versos:

THE ARTIST

quisiera ser aquel hombre
sentado en la barcarola,
pescador de brumas,
anclado a nostalgias:
hijo de mareas
que ondula sin rumbo,
preso entre el brochazo
y la cárcel del espejo,
bajo el alboroto indescifrable
de las gaviotas.  (19)

Esta nueva voz poética que se escribe aquí no utiliza la lengua para penetrar.  Habla de la tecnología y su inútil utilidad, como en la mejor tradición de ciencia ficción.  He aquí el segundo tropo que encontré.  En el poema titulado “Mascarada” en inglés, que es un carnaval en español, la tecnología es un conjunto de armas que inventa el hombre “para lanzar una verónica al lápiz” (la primera de ellas fue la imprenta) pero su diseño tiende al Armagedón.  Igual queda el hombre, que es quien se ha concebido como sujeto de la historia, queda desarmado.  Sobre el Armagedón dice que es un :

final que no distingue
la rosa de su poema,
que le roba el espejo al poeta,
que vacía el ojo del verbo:
lo deja sin pulso,
desarmado.  (23)

Es esa tecnología la que mata, puesto que suplanta la naturaleza: a la rosa, al espejo del poeta, el verbo queda ciego y el poeta exánime y sin armas.  Como el navegante que no dirige su frágil embarcación, la voz poética también se viste de pintor de retratos; otro tropo.  Otra vez ella se queda afuera de lo decible por medio de palabras, en FACE:

mientras el lápiz reproduce,
tembloroso,
el rostro idolatrado,
sólo se divisa
el horizonte
requiriendo
el perfume de la modelo
a gritos.  (29)

La creación estará “incrustada/ para siempre / al ras del límite”.  Se trata de lo Real lacaniano que queda fuera de toda representación, como muestra también el poema que sigue:

CARESS

mucho pondera la piel
al sentir la proximidad
de la frase invasora.

vacila, muy esquiva,
todo su vocabulario.
se repliega áspera,
siempre a la defensiva
ante la invocación
de un verso extraño.

de alguna forma,
esos dedos foráneos
descifrarán el lenguaje,
rozarán el trayecto preciso,
hasta que ella se erice,
abra la puerta
y regale su dialecto.

El momento más cercano a ella, la realidad; el encuentro de la lengua con la cosa se dará cuando ella regale su dialecto a partir del tacto.  Es el cuerpo el que accede a la cosa y no la voz.  Es dialecto lo que regala porque es la lengua particular de una persona.  El mundo está compuesto de tantos dialectos como personas.  Pero en este contexto ¿qué es eso?  ¿a qué dialecto se refiere?  Según Teresa de Lauretis, en uno de los textos de teoría feminista que más me han estimulado, titulado Alicia ya no, la mujer es el terreno, el anclaje de la representación.  Es ambos, objeto y soporte de un deseo que, íntimamente ligado con el poder y la creatividad, es la fuerza que mueve la cultura y la historia.[2]  De Lauretis propone un provocador análisis de una de las historias contenidas en Las ciudades invisibles de Italo Calvino, en la que hombres de distintas naciones construyen la ciudad de Zobeida con la vana ilusión de atrapar entre sus paredes a una mujer que corría desnuda en las noches, producto de un sueño común que los acosaba a todos.   Según esta teórica, esta ciudad es una metáfora de la cultura producida por hombres.  La ciudad es un texto que cuenta la historia del deseo masculino mediante la escenificación de la ausencia de la mujer que a su vez la produce como texto, pura representación  (13).[3]  En el texto de Álvarez Nieves ella es la lengua, he dicho, es el ojeto del deseo, es la realidad; esto es, lo que queda fuera de la representación.  Más que objeto es sujeto porque habla en una lengua propia, aunque el poeta-traductor no la descifre para nosotros.
El texto es coherente.  Así, al final, la palabra no intentará atraparla, mas rendirle un homenaje a ella, en un rito que sólo la deja ser, bailando, para así crear con ella el comienzo de otros tiempos.

RITES OF SPRING

que dance la niña,
que baile hasta que muera.
que brinquen los pies al compás del fuego.
que sea el río el reflejo
de la llama.

cada ampolla provocará un canto, un lamento
segurián nuestros versos,
bajo hipnosis,
el patrón del chisporroteo,
y el último chasquido
culminará en gritos. (57)

Ahora la pregunta es ¿qué es lo que debe morir?  ¿Ella baila hasta que muera ella?  ¿O ella baila hasta que muera otra cosa?  Respondo yo, lo que ya ha muerto en el proceso que lleva al final del libro es la voluntad de control de ella, la lengua, la realidad, la mujer.  Ella bailará hasta la muerte, o provocará la muerte de la ciudad de Zobeida con su cuerpo en movimiento perpetuo, del que nacerá lo nuevo.

Gran hallazgo.  Gracias Alejandro, por este regalo.


[1] Citado en Sommer, 101.
[2] “Woman is then the very ground of representation, both object and support of a desire which, intimately bound up with power and creativity, is the moving force of culture and history” (13).
[3] “The city is a text which tells the story of male desire by performing the absence of woman and by producing woman as texto, as puere representation.”

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