viernes, 25 de septiembre de 2009

Capitalism: A love story

(Estas películas siempre llegan a Puerto Rico, pero un poquito después... Yo no sé cuándo saldrá esta, pero estén pendientes...)

La película más reciente del controvertido director estadounidense, Michael Moore, estrenó ayer, a peser de que varios piensan, como un señor a quien ataca Moore, cámara en mano, con la intensión de conversar sobre temas inconversables en este país: "Please, stop making films". Así, desde la autoparodia, la película propone un argumento muy simple; más simple que en sus filmes anteriores: Estados Unidos fue fundado sobre una base democrática, no capitalista. La libertad del mercado, como se la vive desde los tiempos de Reagan, les está robando libertad a los individuos que son excluidos cada vez más y más de los beneficios posibles de esta sociedad.

Luego ofrece datos: Hasta los años 60 en Estados Unidos los acaudalados pagaban un 90% de impuestos. Con ese dinero se construyó la infraestructura del país (puentes, represas, carreteras) mientras que los ricos podían seguir gozando de la buena vida. Luego se comenzó a recortar los impuestos de los más ricos y a desregular la economía. El costo de esta decisión es humano, sobre todo. Encarcelamientos por hacer negocio, porque el dueño de una cárcel privatizada está de acuerdo con el juez a cambio de una ganacia (¿suena a algo parecido por una islita del Caribe?), despidos masivos por parte de compañías que igual reportan ganancias en los billones de dólares (¿algún recuerdo?), mientras que el congreso que se encarga de salvar los bancos en quiebra..., seguros de campesino muerto a los empleados de las compañías... ¿Qué es eso? Pues, tendrán que ver la película para enterarse. Moore entrevista hasta a un Obispo de no recuerdo qué región, quien explica que el capitalismo, como se lo vive hoy, está en contra de las leyes de la iglesia. ¿Por qué? Pues porque la derecha se ha apropiado hasta del discurso religioso al proponer que el Capitalismo es el paraíso, es un orden divino, es el reinado de los santos inocentes.

La película siempre es sorprendente y emotiva. Tal vez menos chocante que las anteriores, pero está, evidentemente, dirigida a un público mayor. Por momentos parece que Moore está haciendo la próxima campaña política al presidente Obama y buscando acarrear los rebaños hacia el apoyo a las reformas de salud que el Presidente está esforzándose en lograr que se aprueben. Me pregunto qué pensarían mis hermanos, tan capitalistas ellos, si la vieran... Si es que piensan, como el señor que se siente agradido por la cámara, que ese loco debería dejar de hacer películas, al menos, parece que son parte de un grupo cada vez menor. Según Moore, la opinión pública estadounidense está cambiando, debería cambiar hacia el reclamo de una mayor democracia. Pero no se entiende si esto que dice es la celebración de un hecho o un ruego al público para que, coño, despierte...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Sabes si la van a presentar en Puerto Rico?

Pedro M. Rosario Barbosa dijo...

Muchas gracias por esta reseña. Espero que la película se presente pronto en Puerto Rico.